Arrepiéntete de tu piedad
Dios no necesita nuestras justificaciones. No quiere nuestras excusas. Él se ha comprometido con todo lo que quería comprometerse, y lo ha comprometido todo. Jesús hace algunas promesas asombrosas en Lucas 11. Quiero despejar el panorama y convencerte de que le creas y actúes de acuerdo con esto.